Bacterias, Microbios Y Hongos ¿Son Nuestros Enemigos?

Actualmente es necesario replantear las ideas preconcebidas sobre el mundo microbiano, la mayoría piensa que estos seres microscópicos son malignos pero la verdad es que representan una necesidad para el medio ambiente, los seres humanos y la tierra bajo nuestros pies, los avances en la secuenciación genética han ayudado a descubrir, categorizar y comprender el vasto universo de organismos microbianos en todo el mundo.

Un estudio realizado por Tim Spector, un profesor de epidemiología genética en el King’s College de Londres, mostró que una dieta durante 10 días consumiendo comida chatarra causa la pérdida de 1.300 especies de bacterias beneficiosas a nivel intestinal, lo que se traduce en molestias y problemas gastrointestinales a futuro.

El profesor Spector expresó que: «Los microbios tienen mala fama, pero sólo unos pocos entre las millones de especies son dañinos y muchos se consideran cruciales para nuestra salud». En vez de considerar las bacterias como enemigos es importante ver más allá, de acuerdo con el Human Microbiome Project, diferentes microorganismos a nivel mundial han evolucionado simbióticamente junto a cientos de especies adaptándose al entorno.

Nuestro intestino se parece muchísimo al suelo por más loco que parezca, de por sí Patrick Holden el director de SFT defiende la idea de que el suelo sano prospera debido a la actividad microbiana, siendo esta similar a la digestión humana.

En las diferentes capas de la tierra los microbios realizan tareas vitales para mantener la salud de las plantas, suelo y cultivos, mientras que en nuestro sistema digestivo trillones de microbios diminutos están igualmente ocupados manteniendo al cuerpo en óptimas condiciones.

El papel de las bacterias beneficiosas es multifuncional, ya que descomponen los nutrientes en formas digeribles que pueden ser asimiladas por las raíces de la planta, o el revestimiento intestinal en nuestro intestino, lo que permite que tanto las plantas como los seres humanos prosperen, además las bacterias son un componente esencial en la digestión ayudando a repeler enfermedades fortaleciendo el sistema inmunológico.

Existe una clara analogía entre el suelo y la digestión humana, y según la nutricionista Daphne Lambert la ingestión de organismos basados ??en el suelo vibrante y saludable mejoran el funcionamiento de nuestro tracto gastrointestinal, pero nuestros estilos de vida modernos rompen el vínculo al consumir comida chatarra, químicos, pesticidas y limpiando cada rastro de microorganismos al lavar las verduras y frutas que compramos.

Pero ¿Qué pasa con estos bichos invisibles? Los niños pequeños son naturalmente atraídos por el suelo, pero por lo general los adultos son quienes se asustan por la suciedad, la verdad es que las bacterias beneficiosas superan en número a las malas, y los seres humanos desarrollamos la capacidad de lidiar con la mayoría de patógenos al estar expuestos constantemente a ellos.

La hipótesis de la higiene excesiva muestra que les hacemos un mal a los niños pequeños manteniéndolos en un ambiente estéril, ya que su sistema inmunológico nunca aprenderá a defenderse contra enfermedades comunes como una simple gripe; los niños que tienen contacto directo con la naturaleza no solo tendrán nuevas vivencias, conocerán las diferentes texturas y regularán su sistema sensorial sino que también desarrollan sistemas inmunes sanos.

Sin embargo debemos tener cuidado y revisar donde jugarán nuestros niños, porque el hombre ha interferido con la salud de millones de tierras usando métodos agrícolas invasivos, implementando pesticidas químicos y aumentando la resistencia de bacterias peligrosas como E. coli , por lo tanto la higiene es necesaria.

En lugar de eliminar todas las bacterias podríamos copiar a las culturas asiáticas tradicionales y limpiar nuestras casas con una solución fermentada de probióticos, la misma alimenta a las buenas bacterias que luego eliminan los malos olores, suciedad y grasa generada por los microbios dañinos.

Pero como en todo existen excepciones, un ejemplo claro es, al preparar el pollo donde es necesario eliminar todos los microorganismos para reducir las fuentes de infecciones por campylobacter, una de las bacterias más peligrosas para el cuerpo humano.

 

Buenas bacterias en los alimentos

Así como podemos colonizar nuestros hogares y el suelo con bacterias buenas  para que podamos restaurar la salud del intestino, cuando se trata de la dieta humana los terapeutas nutricionales de común acuerdo indican que la mejor manera de crear bacterias intestinales buenas es a través de lo que comemos, al igual que nuestros antepasados las recomendaciones generales son: reducir el azúcar, consumir más fibra y comer alimentos fermentados.

Aunque suene extraño los alimentos fermentados han tenido mucho éxito desde hace décadas, de acuerdo con Michael Pollan autor y activista de alimentos, cada cultura alimentaria tradicional ha fermentado frutas y verduras para incluirlas en su dieta.

Además estos alimentos no sólo producen sabores asombrosos, sino que también aumentan los nutrientes, ya que el cultivo de colonias microbianas hace que los nutrientes estén más disponibles y aumenten incluyendo las vitaminas, sin mencionar que son de baja energía y no requieren cocción ni refrigeración.

Al preservar los alimentos de verano durante largos inviernos o salvar los alimentos de la descomposición en el calor tropical, los seres humanos han sobrevivido climas inhóspito gracias a los alimentos fermentados. El capitán Cook tomó famosamente chucrut (repollo fermentado) para reducir el escorbuto en sus viajes marítimos.

Una de las bacterias más conocidas es Lactobacillus acidophilus, ama la leche ácida y se encuentra en la mayoría de los yogurt, la clave está en entender mejor nuestra relación con las bacterias, la idea no es aniquilarlas ya que al declararles la guerra, estamos enfrentándonos contra la misma vida que conocemos desde hace millones de años.

La biotecnología orgánica entendió a la perfección este mensaje y por eso dio paso a los inoculantes agrícolas, te estarás preguntando ¿Qué son estos?  Forman parte de los mejoradores de suelos basados en bacterias agrícolas no patógenas, su finalidad es apoyar el crecimiento y nutrición de los cultivos, además de contribuir al mantenimiento de suelos saludables.

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