¿Las bacterias agrícolas luchan contra el cambio climático?

Pocas personas saben que contamos con aliados microscópicos que hacen de la suciedad un recurso importante que almacena el exceso de carbono en los suelos, también son conocidos como microbios y en países donde se presentan tormentas de polvo, sequías e inundaciones enormes es probable que mueran cientos de bacterias agrícolas esenciales.

El cambio climático a nivel mundial ha sido uno de los problemas que se mantiene en la primera plana trayendo consigo otras consecuencias, las más obvias son acabar con edificios, provocar incendios  o alteraciones en la salud humana, pero la seguridad alimentaria también se ha visto afectada y los científicos explican que se debe a la erosión de la capa nutritiva de los suelos.

Dicha erosión presenta un desafío menos obvio y es que nos priva de aliados claves en la lucha contra el cambio climático: “los famosos microbios agrícolas”, los suelos en todo el mundo tienen 3 veces más carbono que las concentraciones en la atmósfera y hay mucho más espacio para ello.

Según un estudio reciente realizado en los Estados Unidos si mejoramos el almacenamiento de carbono en los suelos agrícolas a nivel internacional, podríamos reducir las concentraciones entre un 50% a 80% de gases con efecto invernadero.

Para ejecutar esta impresionante solución los agricultores tendrían que adoptar ciertas prácticas agrícolas cambiantes que restauren los suelos agotados, enfocándose principalmente en estimular la actividad microbiana de la tierra incluyendo hongos, bacterias fijadoras de nitrógeno y trillones de otros microorganismos, promoviendo así el crecimiento de las plantas.

Al igual que los microbios que viven en y sobre nuestros cuerpos apoyándonos en la nutrición y respuestas inmunes, los microbios del suelo también cumplen funciones similares en los cultivos enfrentándose con muchos de los desafíos climáticos.

De hecho estamos empezando a entender cómo aprovechar el potencial de las bacterias agrícolas en este ámbito, las investigaciones hasta la fecha han demostrado que incluso son capaces de restaurar suelos degradados incluyendo la tierra en Sonora al sur de México, y esta capacidad da a los microbios el potencial de revolucionar lo que conocemos hoy en día.

Los suelos más sanos producen rendimientos altos, mantienen el agua de forma eficaz evitando filtraciones, secuestran más carbono y permiten una mayor productividad agrícola en las tierras existentes ¿Qué más se les puede pedir?, En segundo lugar los microorganismos en los suelos ayudan a que las plantas toleren altas temperaturas y la sequía causada por el cambio climático, sobre todo en las cosechas de trigo, arroz, pimienta y maíz.

Pero también existen productos como los inoculantes orgánicos, conocidos en algunos países como mejoradores de suelo basados en bacterias agrícolas, lo mejor de todo  es que estos apoyan diferentes procesos desde afuera sin la necesidad de usar elementos tóxicos, diferentes estudios han probado que las plantas tratadas con estos productos tienen un sistema de raíces profundo y sus brotes crecen más rápido.

Por consiguiente las plantas inoculadas con microbios bajo estrés de sequía son capaces de absorber agua de manera más efectiva del suelo seco, y mantener tasas de crecimiento en brotes casi normales lo que da como resultado un aumento de la productividad del cultivo en todo momento.

En tercer lugar los microbios aumentan las defensas de las plantas contra las plagas de insectos cuya población se espera que aumente debido al cambio climático, evitando así el uso de plaguicidas químicos; también se ha demostrado que al aplicar microorganismos aislados no patógenos directamente a las semillas se combate la presencia de insectos en hojas grandes, gusanos de colmenas y larvas comunes.

Es más estos amigos invisibles son capaces de mejorar el crecimiento general de los cultivos, y esto es especialmente importante para las 500 millones de pequeñas familias campesinas en el mundo, muchas de las cuales viven en África y producen una cuarta parte de la producción mundial de cereales.

El aumento de la productividad y de los ingresos impulsaría un ciclo virtuoso, que permitiría a los agricultores pobres invertir aún más en la sostenibilidad y productividad de sus tierras, el uso de microbios mejoraría la salud del suelo sin irrumpir en sus ciclos y con el extra de mitigar el cambio climático, específicamente en zonas desarrolladas que pasan por sequía y altas temperaturas.

El desafío está en desarrollar inoculantes agrícolas que funcionen para pequeños agricultores, ya que la mayoría es fabricada por grandes empresas que cobran precios exorbitantes, pero Macrobacter ha encontrado una solución a ese problema.

Además para asegurar que los pequeños agricultores se beneficien de nuevos productos biológicos, se necesitan investigaciones que trazan la diversidad de microbios en diferentes cultivos y climas, una vez identificados estos factores las industrias apoyarán métodos más baratos para cultivar los microbios en una escala que estaría disponible para millones de agricultores.

No podemos esperar que las empresas del sector privado hagan por sí solas las investigaciones y el desarrollo de productos necesarios para atender a los agricultores pobres de África y Asia, más bien las empresas privadas, instituciones públicas de investigación, gobiernos y otros socios deben trabajar juntos para suministrar productos microbianos que sean útiles para los pequeños agricultores de los países en desarrollo.

Debemos continuar protegiendo y restaurando nuestros suelos, también invertir en la comprensión y el aprovechamiento de los muchos beneficios presentados por los billones de microbios que existen en suelos saludables, a medida que los investigadores continúen desarrollando nuevos productos biológicos prometedores, existe la necesidad de educar y guiar a los agricultores para que mejoren las poblaciones que ya existen en sus suelos.

En un momento en que el cambio climático amenaza nuestra capacidad de cultivar alimentos de forma sostenible, la protección de los suelos es una carta especial en el juego proporcionando nuevas soluciones que hacen frente a los desafíos presentados por el cambio climático.

 

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