¿Te gustaría cultivar con robots?

Los agricultores de todo el mundo todos los días luchan con la presión de alimentar a más personas, y aunque muchos toman este hecho a la ligera la Organización de las Naciones Unidas (ONU), después de diversos estudios expresó que la población mundial aumentará de 7.300 millones a 9.700 millones en 2050.

Además esta creciente población se ha vuelto selectiva sobre los alimentos que consume, sólo en los Estados Unidos el mercado orgánico creció un 15% en 2016 con unas ventas valoradas en 54.000 millones de dólares, pero más allá de los alimentos orgánicos existe un empuje general para apoyar una agricultura que realmente cuide al medio ambiente.

Hoy en día la agricultura es más vulnerable a los cambios climáticos, pero si llevamos a cabo prácticas orgánicas es posible minimizar los daños, además la meta actual es hacer que los cultivos sean más sostenibles independientemente del país que provengan.

La idea es producir más alimentos, con mayor calidad y de forma sostenible sin interferir en el ecosistema, el problema es que la mano de obra ha disminuido en porcentajes impresionantes en los últimos años.

Por esta razón la biotecnología orgánica ha introducido el uso de robots en la agricultura, estos son capaces de mejorar el rendimiento de los cultivos y reducir el uso de recursos mientras convierten la agricultura en una labor de alta tecnología, la mejor parte es que esta tendencia es capaz de crear nuevas profesiones en el mercado.

Los robots son sólo parte de un impulso general hacia la agricultura de precisión, y hay mucho que hacer debido al gran número de tareas agrícolas sencillas, pero que restan tiempo pudiendo ser automatizadas.

Para la agricultura los robots necesitan navegar de manera autónoma en su entorno y realizar acciones en lugares determinados, como por ejemplo recoger una fruta, pulverizar un fertilizante, plantar una semilla, hacer imágenes de una planta o mediciones generales, pero es más fácil para ellos moverse en los invernaderos ya que el entorno está diseñado con más cuidado, y se ajusta a las pistas que los robots siguen según su softwares.

En el caso de la agricultura al aire libre los robots trabajan recibiendo un plan con puntos específicos que visitar en el campo, incluso cuando conocen las trayectorias son capaces de utilizar el posicionamiento GPS y un control en bucle cerrado para asegurarse que permanecen en la vía.

En cambio cuando la tarea es seguir una trayectoria desconocida como por ejemplo una fila de cosecha, utilizan su visión para encontrar el camino indicado, además están conectados de forma inalámbrica a un operador central para recibir instrucciones actualizadas con respecto a la misión e informar sobre estados y datos.

En conjunto la fabricación de un robot agrónomo requiere controladores inteligentes, sistemas de localización y comunicación de alta tecnología, en cierta medida su tecnología es similar a la de autos autónomos, pero difieren en que los robots agrícolas necesitan manipular su medio ambiente y estas tareas requieren detección, manipulación y procesamiento autónomo.

Otras funciones de los robots en esta área son discriminar malas hierbas en los cultivos, aplicar herbicidas de ser necesario, dispensar inoculantes orgánicos basados en bacterias agrícolas, sembrar semillas de forma terrestre o aérea, recolectar diferentes granos, navegar en las filas de plantas y envíar datos a los agricultores para ayudar a optimizar la reproducción de semillas.

Pero cuando se trata de utilizar robots como herramientas inteligentes los logros son prometedores, por ejemplo los tractores autónomos que llevan pulverizadores herbicidas y detectan malezas han demostrado ahorrar hasta un 75% de productos, mientras que los robots equipados con sistemas de detección de malezas pueden matar el 90% de las malas hierbas en un campo.

Sin embargo hay muchos desafíos por delante y se requieren desarrollos técnicos para identificar frutos y analizar su grado de madurez en condiciones adversas, como cambios en las condiciones de luz, presencia de polvo, temperaturas extremas y variaciones de viento.

La precisión de la posición del robot también debe mejorarse para ayudar a optimizar las aplicaciones de pesticidas y precisión en cuanto a manipulación, a pesar que los manipuladores industriales exhiben una gran precisión y rapidez en las fábricas, su aplicación en la agricultura es más difícil debido a que los objetos se mueven, son suaves,  delicados y ubicados en ambientes con cientos de obstáculos.

Solo imagina lo que se necesita para recoger un pimiento dulce de una planta, nuestras manos tienen todas las habilidades motoras para hacerlo pero una pinza de metal debe adaptarse a la precisión para no dañarlo, destriparlo o arrancarlo antes de tiempo, en este orden de ideas no sólo debe mejorarse su visión sino también la detección táctil para evitar accidentes innecesarios.   

Y como ocurre a menudo en la robótica la falta de una regulación clara está causando dolores de cabeza para las empresas que entran en el campo, la seguridad es un problema ya que los robots tienen que ser capaces de detectar lo que está sucediendo en su entorno y actuar para proteger a los seres humanos, la vida silvestre, y a ellos mismos de posibles accidentes.

Hasta la fecha no está claro quien tiene responsabilidades debido a lesiones causadas por robots agrícolas, lo único es la legislación para drones que tiene claves restrictivas requiriendo autorizaciones especiales y en algunos casos propósitos de investigación.

La seguridad y regulación son primordiales, y por esta razón se plantea la siguiente pregunta: ¿Cómo definir e implementar el grado correcto de autonomía en los robots?, así como una serie de consideraciones logísticas incluyendo ¿Cómo llega el robot al campo?, ¿Qué podemos hacer para facilitar su uso?, y ¿Qué pasa si un robot se queda atascado?

La buena noticia es que las granjas están abiertas a las nuevas tecnologías y las inversiones que estas requieren, sólo tienen que mirar algunos de sus equipos para saber que maquinaria de alta tecnología deben reemplazar, pero un hecho poco conocido es que las granjas ya se encuentran entre los mercados más prominentes que están adoptando tecnología robótica.

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